El café de Diciembre.

«Les coses existeixen

per ser trencades.

Prendre’n consciència asserena.»

Anna Gual.

Este es un café diferente, una reflexión que me ha llegado gracias a la luz de otras personas y que tiene que ver con las estructuras. Esas que Anna llama «coses» en su poema y que, como muy bien dice, existen para ser destruidas.
Nos pasamos largo tiempo recorriendo el sendero de nuestra vida, a ratos a ciegas, a ratos con un propósito claro. Para ello, nos servimos de una estructura, una forma de pensamiento, de hacer y, hasta me atrevo a decir, de complexión física, un entorno, unas personas, un trabajo. El problema es que no siempre somos conscientes de que la estructura ha cumplido su misión y que debemos deshacernos de ella.
Existe una tendencia innata a aferrarnos a lo conocido sin distinguir en qué punto nos encontramos y, lo que es peor, sin saber exactamente a qué estamos apegados.
Cuando entiendes que algo claramente ha cumplido su misión es fácil dejarlo marchar y cuando descubres que hay formas que tienen una función limitada es divertido decidir cuáles abandonas y qué nuevas vas a crear.
Veámonos como un Todo con una disposición y orden determinado. Si movemos algo, por pequeño que sea ese movimiento, el resto se va a ver afectado. Si tomas consciencia de ello, no sólo encontrarás la calma, sino que podrás planificar y decidir en consecuencia.
Yo sé qué tengo que jubilar en este momento,
¿lo has pensado tú?

Foto de mi querida Inma

 

 

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